oficio del maquillador
EL OFICIO DEL MAQUILLADOR
La profesionalización del oficio se inicia con la incorporación del sonido en la industria del cine, que como consecuencia dejo a muchos actores desempleados que no lograron adaptarse al cambio. En ese entonces los estudios comenzaron a contratarlos para que se encargaran del maquillaje, pues en el teatro y en los comienzos del cine ellos mismos tenían que hacerlo y fueron haciéndose expertos al asumir ese rol en las producciones. Así surgió el reconocimiento del oficio del maquillador y empezó a cobrar importancia en los estudios de Hollywood.
En cuanto a la producción latinoamericana la aparición del cine sonoro fue un suceso contundente para el cine y tuvo consecuencias notables ya que la infraestructura técnica era bastante compleja y sofisticada y los precios no eran muy fáciles de costear por muchos pueblos latinos.
De la mano con el equipo de producción trabaja el maquillador, entrando en diálogo continuo con el director de fotografía, el director artístico, el diseñador, el vestuarista y demás miembros del equipo. Se convierte en parte fundamental para resolver creativamente los requerimientos con respecto a la imagen que requiere la obra.
En este oficio más allá de manejar técnicas específicas se requieren capacidades creativas e imaginativas para lograr interpretar las orientaciones de la dirección de obra y ofrecer soluciones adecuadas. El maquillador vive en permanente búsqueda de métodos y trucos, respondiendo desde su formación a todas las necesidades y exigencias del medio artístico contando con la capacidad de adaptarse a las evoluciones técnicas del medio.
El maquillaje se convierte en un amplio campo de conocimiento que de acuerdo a sus intereses los profesionales del maquillaje tendrán la posibilidad de desarrollar su propio estilo en el campo en el cual se desempeñen: cine, televisión, teatro, fotografía, moda, social, etc.
De los maquilladores más reconocidos tenemos al inglés Cecil Holland quien se inició como actor de teatro en América donde comenzó a aprender las técnicas del maquillaje. Fue el primer jefe de departamento de maquillaje en EE.UU (1915) y autor del primer libro conocido que trata sobre el maquillaje para cine "The Art of Make-Up for Stage & Screen" (1927). Reconocido como el hombre de las mil caras por su capacidad de auto transformarse.
Pero fueron Westmore y Max Factor quienes abrieron el camino de la profesion creando el primer departamento de maquillaje en Hollywood. Precediéndolos Jack Pierce y Maurice Seiderman quienes incluyeron el estudio de la anatomía en el maquillaje. Pierce recreo personajes con Frankenstein, el Hombre Lobo entre otros. Seiderman aporto gran perfeccionamiento en la caracterización de envejecimientos durante la producción de la película Ciudadano Kane.
Los maquilladores con el paso del tiempo y al lado del desarrollo de la industria audiovisual se han convertido en auténticos investigadores, indagando técnicas y materiales para incursionar en las máscaras y efectos especiales. El látex fue de los resultados más innovadores de los maquilladores del siglo XX, George y Gordon Bau modelaron las máscaras para la película El planeta de los simios en 1968. Presentándose como una verdadera revolución en el cine, que con el tiempo se fue perfeccionando, facilitando creaciones más elaboradas y perfeccionadas.
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